La Impermanencia y Los Ciclos de la Vida.




Hay fases de éxito en que las cosas vienen a ti y se desarrollan, y hay fases de fracaso en que las cosas se marchitan, se desintegran y tienes que dejarlas ir para que puedan surgir otras nuevas, o para que se produzca la transformación. Si llegado a este punto, te apegas y te resistes, te estás negando a seguir el flujo de la vida, y eso te hará sufrir.

No es cierto que la fase ascendente del ciclo sea buena y la descendente mala; esto es sólo un juicio mental. En general, el crecimiento se considera positivo, pero nada puede crecer eternamente. Si el crecimiento, del tipo que sea, siguiera indefinidamente, acabaría volviéndose monstruoso y destructivo. La disolución es necesaria para que se produzca un nuevo crecimiento. Ambos aspectos no pueden existir separadamente.

La fase descendente del ciclo es absolutamnete escencial para la realización espiritual. Debes haber fracasado rotundamente a algún nivel, o haber experimentado una pérdida seria o un dolor, para sentirte atraído por la dimensión espiritual. O quizá el éxito mismo haya perdido significado, quedándose vacío y convirtiendose en fracaso. El fracaso reside oculto en cada éxito, y el éxito en cada fracaso. En este mundo, es decir, en el nivel de las formas, todo el mundo fracasa antes o después, y todas las realizaciones acaban convirtiéndose en nada. Todas las formas son impermanentes.

Puedes mantenerte activo y disfrutar manifestando y creando nuevas formas y circunstancias, pero ya no te identifirás con ellas. No las necesitas para tener una identidad. Ellas no son tu vida; sólo son tu situación de vida.

-Eckhat Tolle. "The Power Of Now"

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