
No hay planeta en el firmamento que en su movimiento no cante como un ángel, que no coree sin cesar al querubín de inocente mirada, pero mientras nos envuelva esta sucia vestimenta de podredumbre, no podremos escuchar su voz.
La canoa tiene dos remos, el Amor y el Humor. El Amor incluye la reverencia y el Humor la alegría; solo se trata de hacer uso de ellos y hacer de toda la travesía una escuela de cada día. No está lejos el otro puerto para quienes están despiertos; ningún lugar está muy lejos cuando el Amor es la manera, el entusiasmo su característica, la reverencia el modo y la humildad su metodología.